Un nombre apropiado, para una antigua labranza castellana oculta tímidamente en plena llanura castellana, en tierras de reconquista, nobleza propia del enclave entre los antiguos ducados de Maqueda y Escalona, campos de regios castillos.
Una finca que en 1998 la familia García Ballesteros, adquiere con la intención de hacer de ella un lugar para su descanso, recogimiento y disfrute del campo, y en el que vuelcan todo su esfuerzo con la intención de obtener de estos campos el mejor de sus frutos.
Un paraje cruzado por el Arroyo Prada, con la Sierra de Gredos en el horizonte, campos sobrios, toscos, que el esfuerzo del hombre y el amor por la tierra, se transforman en un vergel como regalo de la naturaleza en agradecimiento a este trabajo.
Conviviendo en estos páramos una yeguada de caballos de pura sangre española de estirpe cárdenas, que componen el contrapunto vital, resultado de años de crianza y adiestramiento.
Y como tanta belleza no podía mantenerse sin compartir con los demás, surge la idea de crear este complejo hostelero “La Bienvenida”, en el que cada piedra, cada ladrillo, cada flor, es la hospitalidad castellana hecha obra.
Un lugar ideal para las celebraciones más especiales, donde la selección de la mejor gastronomía, un servicio esmerado y de calidad, rodeado de un ambiente inmejorable son garantía de éxito en esos días especiales de nuestra vida.